El Rey Alfonso era un soñador, un poeta, un contemplador de estrellas.
Por Rafael de Rueda Escardó, 12 de diciembre de 2021 en ABC
Si Charles Lummis levantara la cabeza y viese cómo se trata a su admiradísimo fray junípero Serra, sin duda se echaría a llorar. fue el primer historiador que reconoció admirativamente el mestizaje de la conquista española frente al racismo de la anglosajona. ¿quién conoce a Lummis en España? solo un puñado de eruditos. sin embargo, cuántos han oído hablar de la leyenda negra, se la han creído y se han avergonzado de ella. un inglés y un español hablando entre ellos decían: si es que nuestro pecado es la envidia, a lo que replicó el inglés: nosotros somos mucho más envidiosos pero lo disimulamos mucho mejor. la leyenda negra es la leyenda de la envidia. entre los claros y sombras.
De nuestra conquista sale un resultado francamente positivo a favor de las luces. ¿cuántos asumen esto? no demasiados. menos mal que hay hispanistas y autores españoles que están poniendo los puntos sobre las íes sobre nuestra aventura americana como ramón Tamames, Elvira Roca Barea, Mario Vargas LLosa, Borja Cardelús, y algunos más. no muchos. viene este preámbulo a comentar algunas cosas sobre, sin duda, el monarca más culto de la historia, Alfonso x el sabio, del cual, como de la conquista americana, debemos sentirnos muy orgullosos pues además de escribir sobre historia, construir catedrales, pontificar sobre derecho o astronomía, o crear cátedras en diversas universidades, fue el coordinador de un vasto proyecto de renovación cultural de oriente y occidente, dirigiendo a los intelectuales de la escuela de traductores de toledo utilizando el romance, ya lengua castellana, o el galaico portugués en vez del latín, idioma que se utilizaba en ese tipo de publicaciones.
Él e Isidoro de Sevilla fueron los verdaderos y mejores enciclopedistas de la edad media. de las etimologías de Isidoro se hicieron 5.000 copias manuscritas en Italia, Francia, Baviera y Berna. fue un libro muy leído con gran difusión por todas partes, incluso en Inglaterra, y posteriormente se hicieron incunables. el primero, el de Augsburgo de 1472 en vitela. en España el primero fue de 1599 encargado por Felipe II, que no llegó a verlo publicado pues murió antes. el primer incunable español fue el sinodal de Aguilafuente, de 1472. dejo para el final los libros más emblemáticos de Alfonso x el sabio, que son las cantigas y que las amaba tanto que quiso ser enterrado con ellas. por suerte no se cumplieron sus designios.
Puestos a decir verdades, son los manuscritos icono-musicales dedicados a la virgen maría más importantes de la historia. hay cuatro tomos de las cantigas, dos de ellos en la biblioteca del escorial. luego están las cantigas de Florencia, depositadas en esta ciudad y descubiertas por Marcelino Menéndez y Pelayo, y por fin, el códice de Toledo, que está en la biblioteca nacional de España. el rey Alfonzo era un soñador, un poeta, un contemplador de estrellas. en la luna en su honor hay un importante cráter que lleva su nombre, Alphonse.