Comentado por Redacción de UNIR: Eduardo Ruiz
La autora es madre de cuatro hijos. Especialista en la reflexión y análisis de problemas humanos dentro de la familia y, de la identidad. Sus libros reflexionan sobre la identidad femenina y masculina, como en: Iguales pero diferentes: niñas y niños, hombres y mujeres, cerebro, hormonas y aprendizaje; o en: Padres destronados.
En este libro nos lleva a valorar la importancia de la presencia de un padre varón en la vida de los hijos (chicos o chicas). Muestra con muchos datos, las consecuencias a largo plazo, en la personalidad de los hijos y de las hijas que no han tenido un padre en su infancia o adolescencia.
El libro, en sus primeros capítulos, nos habla de la importancia de las «raíces» en la persona. Sigue con las nefastas consecuencias de la ausencia de un padre en la educación y formación de sus hijos; las consecuencias en el equilibrio psíquico y emocional de los muchachos y todo ello con muchos datos.
Los siguientes capítulos muestran la importancia de la presencia del padre activo para el desarrollo de la masculinidad o feminidad de los hijos o hijas. Junto a esto nos lleva a considerar el papel de la mujer en el ejercicio de la paternidad.
Los últimos capítulos son los que más me gustan. Analiza lo que aporta cada uno en los cónyuges a la educación de los hijos de acuerdo con su modo de ser masculino y femenino padre o madre. Es una delicia.
Su lectura me parece de interés para aquellos matrimonios con hijos o hijas de una edad que no sobrepase los 18 años. O para todo aquel que quiera ayudar en la educación de jóvenes.