¿Siempre en grupo?

¿Siempre en grupo?

JAIME NUBIOLA. Profesor Universitario. Navarra. España

El pasado fin de semana leí con enorme interés los ensayos de mis alumnos de «Claves del pensamiento actual» sobre el problema —a juicio de cada uno— más acuciante de la juventud. Se trata de cincuenta valiosos estudiantes del último año de las carreras de Psicología, Magisterio y Pedagogía.

Han llamado mi atención varios textos que reconocían como problema clave de los jóvenes su identificación con un grupo. Para muchos jóvenes resulta esencial «encajar» —este es el verbo— con un grupo, y a menudo esa integración, que les presta seguridad, tiene un lamentable efecto despersonalizador. Copio, por ejemplo, lo que escribe Marta V.:

«Nos movemos en grupo a todos lados como si no supiéramos ir solos por la calle, y si no conseguimos acompañante nos embutimos los auriculares y nos cubrimos con la capucha. Somos inseguros. Tenemos miedo, más aún, ¡pavor! a no caer bien y salirse del molde. Nos dejamos influir por los demás, nuestro guía es el qué dirán y qué pensarán; actuamos de manera superficial, donde solo importa que la gente nos acepte. En una palabra, vivimos de apariencias».

Y Javier C.: «Los jóvenes hoy buscan ser aceptados por sus iguales, quieren encajar, por el miedo a quedarse solos. Por esa inseguridad también se crean falsas personalidades. Las personas se adaptan a lo que está socialmente bien visto o a lo que está de moda, y esto genera muchísimos problemas, no son auténticos, no son ellos mismos. Debido a esto, los jóvenes no se conocen, no se encuentran, porque están acostumbrados a vivir con una máscara».

Me parece importante el diagnóstico. Me dicen que esto ha pasado siempre, pero quizás ahora se ha exacerbado con las redes sociales que nunca parecen dejarte solo.

Pamplona, 30 de septiembre 2021.